Para indicar la duración estimada de la batería de un teléfono, es habitual que los fabricantes ofrezcan los datos de tiempo en espera o en conversación. Sin embargo, lo normal es utilizar los smartphones para acceder a Internet de forma intensiva, escuchar música o jugar a videojuegos. Todos estos usos suponen un gasto energético más elevado que una llamada telefónica. Por tanto, lo más posible es que en un uso real y continuado, la batería de un teléfono de última generación no aguante más de ocho horas.
Hoy en día, los principales fabricantes de móviles incluyen una batería recargable de polímero de litio con un una capacidad entre los 2000 y 3000 mAh. Suficiente para aguantar una jornada laboral.
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